Es para mí un privilegio poder compartir algunas palabras de reconocimiento a la obra y legado de Sylvia Marcos, que se hace de manera paralela al de su compañero de vida y de lucha Jean Robert. Esta iniciativa de la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM) de crear una cátedra con su nombre, para promover sus perspectivas teóricas y políticas entre los y las estudiantes de ciencias sociales y humanidades, me parece una propuesta que enriquecerá a las nuevas generaciones abriendo sus perspectivas epistémicas y políticas.
He dicho en varias ocasiones que Sylvia Marcos ha dedicado una parte importante de su vida a crear puentes entre mujeres diversas, entre perspectivas teóricas y entre luchas emancipatorias. He tenido la suerte de ser una de esas mujeres que ella ha tocado con su inspiración y su ejemplo, cuando hace trece años nos convocó conjuntamente con la feminista y filósofa argentina María Lugones (fallecida en julio del 2020), a crear la Red de Feminismos Descoloniales. Su invitación era a construir puentes teóricos y políticos entre feministas de Bolivia, Estados Unidos y México, para reflexionar sobre las herencias coloniales que aún marcan las agendas feministas y desde activismos anti-capitalistas y anti-racistas construir alianzas que cruzaran fronteras. Si bien, la iniciativa no cuajó en Bolivia y Estados Unidos, la Red de redes mexicana, encabezada por Sylvia Marcos, continúa siendo un espacio de producción teórica, activismo político y sobre todo de afecto y amistad que fortalecen nuestras diversas luchas.
Desde su juventud Sylvia ha sido una cruzadora de fronteras por excelencia, fue cruzando las fronteras europeas que encontró a su compañero de vida Jean Robert y lo acercó al mundo Mesoamericano, con sus saberes milenarios que lo cautivaron y lo hicieron adoptar a México como su matria, Ha cruzado también fronteras interdisciplinarias, formándose como psicoanalista, pero desestabilizando los cánones vigentes en la época al promover la anti psiquiatría. Como integrante del Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), fundado y dirigido por quien fuera su amigo y aliado Ivan Illich, promovió la visita a México de figuras como Franco y Franca Basaglia, Felix Guattari, David Cooper, organizando en 1978 con el apoyo de la UAEM, el primer Encuentro Internacional de Anti-psiquiatría, en donde se formaría la Red Latinoamericana de Alternativas a la Psiquiatría vinculada a la Réseau alternative à la psychiatrie. "La locura como acción política" se convirtió en un eslogan para confrontar los sistemas dictatoriales y autoritarios de la época. De esta etapa de su vida, es producto el libro Anti.psiquiatria y Política publicado en 1981 Pero en este cruce de fronteras disciplinarias, Sylvia se convirtió también en socióloga de la religión, antropóloga y etnohistoriadora, buscando en los saberes indígenas alternativas epistémicas ante una modernidad capitalista que volvía cada vez más difícil la vida digna para la mayoría de los habitantes del planeta.
Fue en esta crítica al proyecto de muerte de la modernidad occidental que las inquietudes teóricas y políticas de Jean Robert y Sylvia Marcos, coincidieron aunque desde distintas rutas epistémicas y metodológicas. Mientras que Jean se dedicaba a develar la manera en que el "sentido común" de la modernidad nos acostumbraba a formas de consumo depredadoras, Sylvia con sus trabajos etnohistóricos y antropológicos, nos acercaba a otras formas de ser y estar en el mundo, en las que la naturaleza no es solo un "recurso material" para consumo humano, sino una parte integral y complementaria de la vida. Jean Robert con escritos como "La traición a la opulencia" que publica en 1976, se adelantó a su tiempo poniendo en evidencia la crisis del proyecto de la modernidad con sus críticas al desarrollo. Reflexiones que también aborda en El Diccionario del Desarrollo: Una Guía de Conocimiento como Poder de la que él es co-autor con todo un grupo de críticos al desarrollismo con su retórica de progreso. Mientras que Jean nos iba retando a cuestionar nuestro sentido común, en actos cotidianos como bajar la palanca de baño, comprar agua embotellada, o convertirnos en cronofagos al correr por la vida en nombre del productivismo, Sylvia buscaba alternativas a estas formas de vida adentrándose en los saberes mesoamericanos a través de crónicas coloniales o de la historia oral de las mujeres indígenas, parteras, sanadoras, guías espirituales.
Estas búsquedas se ven reflejadas en sus publicaciones y ponencias de la década de los ochentas como "Women in Popular Religious Rituals" presentando en la Universidad de Harvard en 1983, y que posteriormente desarrollara como libros ahondando en las cosmovisiones mesoamericanas.
Pero paralelamente a estos puentes interdisciplinarios, Sylvia construía también puentes entre mujeres diversas al participar en la creación de espacios de reflexión feminista entre mujeres católicas y de otras denominaciones cristianas. Así apoyó de manera solidaria el proyecto de la activista católica belga Elisabeth Maria Hollants Van Uytfanghe (1905-1996), mejor conocida como Betsie Hollants, entonces también compañera del CEIDOC, de crear en 1969 el centro de Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Latina, A. C., que fue una de las primeras organizaciones feministas de Latinoamérica. Décadas más tarde apoyaría a crear en 1994 la Sección mexicana de católicas por el Derecho a Decidir. Reconociendo la importancia de la fe y la espiritualidad en la construcción de comunidades sororales, Sylvia se acercó durante su tiempo en el CEIDOC a las mujeres de las comunidades eclesiales de base en los barrios populares de Cuernavaca, sin embargo siempre se mantuvo crítica a las jerarquías y los estilos patriarcales de la Iglesia Católica.
Fue en esta búsqueda de una espiritualidad más integral y menos humano-centrada que se acercó al conocimiento de las religiosidades indígenas y de las cosmovisiones ancestrales que las sustentan. Como parte de estas búsquedas epistémicas, espirituales y políticas, siempre puso las experiencias y perspectivas de las mujeres en el centro. Esta preocupación por las voces femeninas, la llevó a promover dentro de la Asociación de Historia de las Religiones una sección de Género. Como socia activa de esa asociación internacional organizó junto con su colega Rosalind Hacket en el XVII Congreso realizado en 1995 en la Ciudad de México, ocho paneles bajo ese tema, extendiendo los diálogos fuera del cristianismo para analizar las experiencias de mujeres en el budismo, el islam y las religiones indígenas y afros en Brasil, Malasia, Nigeria, Kenya entre otros países. Producto de este simposio fue el libro Gender and Religion publicado en 1998. Sus preocupaciones epistémicas por documentar otras formas no dicotómicas, ni excluyentes de entender el género y por manifestaciones no occidentales de la religión, han tenido continuidad en su prolífica obra académica.
Reconstruyendo su genealogía intelectual en torno a ese tema nos encontramos con su artículo "Embodied Religious Thought: Gender Categories in Mesoamerica" publicado en 1998, en el que inicia una arqueología del género no binario en el pensamiento mesoamericano, que se ha ido enriqueciendo a través de los años en sus libros Women and Indigenous Religions (2010) y Tomado de los Labios. Género y Eros en Mesoamérica (2010) publicado originalmente en inglés en el 2006
Su interés por construir puentes entre mujeres de distintas comunidades culturales y por visibilizar sus experiencias, la llevaron a editar en el año 2000 el libro Gender/Bodies/Religions, Género/Cuerpos/Religiones, que nos invita a cruzar fronteras religiosas a través de las voces de mujeres musulmanas, budistas, hinduístas, espiritualistas, católicas, de por lo menos tres continentes. Como parte de toda una corriente crítica que viene a desnaturalizar las concepciones del cuerpo, Sylvia Marcos cuestiona en este libro la existencia del cuerpo como algo natural, meramente biológico, pues nos documenta como la manera en que experimentamos nuestro cuerpo, nuestras concepciones sobre él, y las concepciones que la ciencia y las religiones, promueven, están marcadas por la cultura. Hasta la publicación de este libro la mayoría de los estudios feministas realizados se habían centrado en el análisis del cuerpo desde la experiencia de occidente y en muchos casos desde el análisis de la ciencia como un discurso de poder cuyas representaciones legitiman exclusiones y desigualdades (Ver Haraway, Butler entre otras). Sylvia lleva este debate fundamental para el feminismo, por otros caminos al incluir el análisis los discursos y prácticas religiosas que construyen los cuerpos de las mujeres en distintos contextos culturales.
Pero a la par de continuar aportando al pensamiento crítico feminista con su obra, Sylvia ha venido caminando desde 1994 con el Movimiento Zapatista, como aliada, asesora y promotora de su pensamiento crítico anti colonial y anticapitalista. En este caminar participó también su compañero de vida, Jean Robert, quien inspirado en la propuesta zapatista desarrolló aún más su pensamiento crítico hacia la modernidad occidental. Participaron juntos en decenas de encuentros, reuniones intergalácticas y escuelas zapatistas. Fueron múltiples las fiestas navideñas que pasaron en territorio autonómico, muchos los vimos viajar en camiones de redilas y compartir la tortilla, el frijol y la fiesta con milicianos y bases de apoyo. Siendo amiga de ambos y sintiéndome heredera de este doble legado, no puedo evitar pensar en su amor cómplice cuando escucho el poema de Mario Benedetti que dice: "Si te quiero es porque sos Mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo Somos mucho más que dos"
Así han sido Jean y Sylvia, mucho más que dos, porque su pensamiento ha abrevado a un pensamiento crítico emancipatorio en México, en el AbayAyala y en el mundo. Este ir y venir entre la producción teórica y el activismo político es la fuente de la riqueza epistémica de la obra de ambos, me atrevo a citar las palabras de Sylvia para describir el sentido que tiene para ella esta forma de praxis: "Es pertinente pedir que la práctica se complemente con la teoría y que ésta informe, a su vez, las luchas prácticas. Cuando se rompe este ir y venir de la teoría a la práctica, el activismo puede tornarse banal; y la academia, fútil". Si algo hemos aprendido quienes nos hemos enriquecido con sus diálogos, es que una academia ensimismada en su torre de cristal no solo se convierte en otra fuente de colonialismo epistémico, sino que reifica las jerarquías sociales y las formas de dominación. Es a partir de diálogos de saberes y del acompañamiento a las luchas empacipatorias que podemos construir conocimientos que sean relevantes para los y las actoras sociales con quienes trabajamos. Del caminar de Sylvia Marcos al lado de las mujeres zapatistas son producto sus libros CRUZANDO FRONTERAS Mujeres indígenas y feminismos abajo y a la izquierda (2010) y Mujeres Indígenas Rebeldes Zapatistas publicado en el 2012, así como sus aportes del libro Diálogos y Diferencias. Retos Feministas a la Globalización editado por ella y Marguerite Waller, publicado originalmente en inglés. Su prolífica pluma ha escrito también para un público amplio sobre los aportes de las mujeres zapatistas en Ojarasca, La Doble Jornada, Cuadernos Feministas y más recientemente en portales digitales como La Hora de la Mujeres en Camino al Andar.
Sylvia Marcos, mujer-puente entre luchas, no solo ha llevado la inspiración zapatista a distintos territorios del AbyaYala, a Asia, Africa del Norte y Europa, sino que también nos ha traído las experiencias de las mujeres beduinas del Neguey, de las mujeres iranis, turcas, kurdas, palestinas, saharauis, mapuche, acercando a los feminismos latinoamericanos a sus realidades y sensibilizándonos hacia sus formas diversas de entender la emancipación y la justicia y a sus estrategias de lucha para desetabilizar las manifestaciones locales del colonialismo, el capitalismo y el patriarcado.
Celebro este merecido homenaje y me congratulo de sentirme heredera de este doble legado. Jean Robert y Sylvia Marcos, han sembrado semillas de rebeldía en tierras morelenses, en México y en distintas regiones del planeta, aprovechamos para agradecerles sus aportes a nuestras luchas, y recordareles una vez más que han sido y siguen siendo "mas que dos".